Tramas principales y secundarias
Un insecto polinizador es aquel que transporta el polen desde los
órganos florales masculinos a los femeninos, provocando así la
fecundación que dará lugar al fruto. Parece una tontería. De hecho, la
polinización podría considerarse como un efecto colateral de la
actividad libadora de, pongamos por caso, la abeja de la fotografía. Ahí
la tienen, afanándose en recoger el néctar de la flor, que luego
transformará en miel, mientras los pelos de sus patas, como sin querer,
almacenan el semen que el insecto introducirá, también sin darse cuenta,
en el gineceo de otra. Como en la maquinaria del reloj de cuerda, todas
las piezas están al servicio de alguna finalidad. He aquí una novela en
la que resulta más importante lo que sucede por debajo que lo que
sucede por arriba, en la que conviene prestar tanta atención al texto
como al subtexto.
Si nos cargáramos a las abejas, y da la impresión de que estamos en ello, desaparecería uno de los mayores agentes polinizadores de la naturaleza. Significa que se iría al cuerno la novela entera. El equilibrio ecológico es eso: un conjunto de líneas argumentales interdependientes donde no resulta fácil distinguir las tramas secundarias de las principales. La abeja, a primera vista, podría tomarse como una trama secundaria respecto a la de los seres humanos. Sin embargo, para los insectos sería un alivio que desapareciéramos con nuestros pesticidas. Nosotros, en cambio, no sobreviviríamos sin la actividad fecundadora de los malditos insectos. Así que no está claro quiénes son los protagonistas de este folletín llamado vida.
Si nos cargáramos a las abejas, y da la impresión de que estamos en ello, desaparecería uno de los mayores agentes polinizadores de la naturaleza. Significa que se iría al cuerno la novela entera. El equilibrio ecológico es eso: un conjunto de líneas argumentales interdependientes donde no resulta fácil distinguir las tramas secundarias de las principales. La abeja, a primera vista, podría tomarse como una trama secundaria respecto a la de los seres humanos. Sin embargo, para los insectos sería un alivio que desapareciéramos con nuestros pesticidas. Nosotros, en cambio, no sobreviviríamos sin la actividad fecundadora de los malditos insectos. Así que no está claro quiénes son los protagonistas de este folletín llamado vida.
Juan José Millás
El País Semanal, 31/08/2014.
http://elpais.com/elpais/2014/08/29/eps/1409307430_028190.html
Fotografía Getty
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