Ojos vueltos (de la serie Lucha)
Fotografía color, 90 x 90 cm. 2001.
Alex
Francés es un artista que trabaja desde hace dos décadas en la
consecución de una obra que habla sobre el sentido y la función de la
imagen en relación con el cuerpo mediante diferentes técnicas de
representación, desde el dibujo, la escultura o la fotografía hasta el
vídeo o la instalación. - See more at:
http://www.lavirreina.bcn.cat/es/exposiciones/8-cos-enganxat#sthash.5EZ7MkqU.dpuf
Alex
Francés es un artista que trabaja desde hace dos décadas en la
consecución de una obra que habla sobre el sentido y la función de la
imagen en relación con el cuerpo mediante diferentes técnicas de
representación, desde el dibujo, la escultura o la fotografía hasta el
vídeo o la instalación. - See more at:
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La iluminación de X
Fotografía, 40 x 50 cm. 2001.
Marsupio (de la serie Barros)
Fotografía color, 100 x 80 cm. 2001.
Materia penetrable
Fotografía color, 176 x85 cm. 2001.
Funda de cuero
Fotografía color, 165 x 92 cm. 2001.
Cuerpo penetrable
Fotografía color, 165 x 92 cm. 2001.
Firme reja viril (de la serie Tejas)
Fotografía color, 120 x120 cm. 2001.
Capa entintada
Fortaleza
Alex Francés (Valencia, 1962)
El cuerpo es el punto de partida para la reflexión sobre la identidad masculina y la propia historia personal así como su dimensión social y política, en la obra de Alex Francés, que utiliza principalmente la fotografía y el vídeo como medios de expresión. Una obra en la que es imprescindible la experiencia y la implicación del espectador en su contemplación ya que no sólo documenta las acciones que presenta sino que cuenta las vivencias contenidas en ellas.
El cuerpo en su doble vertiente de envoltura externa y sustancia interna se convierte en el elemento fundamental que se expone, mostrándose sobre todo en su carnalidad, en una materia viva que se manipula (Discontinuidad,1994, Perdiendo aceite,1996), se cubre (Fortaleza y Temible requerimiento, 2001) o se ata (Beso a beso y Las presas, 1993) para por medio de ello dejar entrever la emoción interior.
En sus acciones, los materiales y objetos que utiliza el artista a través de un proceso escultórico y pictórico en y sobre los cuerpos, a la vez de poseer un valor plástico y táctil de gran potencia, sugieren relaciones y funciones íntimas. Barro modelado, trozos de carne, ramas y hojas secas, y otro tipo de objetos como cuerdas, máscaras y capuchas, generan significados que podrían tanto aludir a prácticas sadomasoquistas homosexuales, con cierto carácter fetichista, como a expresar desamparo, e incluso, a conmover al espectador por su fragilidad y vulnerabilidad. Son ejemplo de ello Escucha la voz de Buda (1993),...y a su frío respondo como un niño asustado, y me meo, me meo (1996), Cristo corrupto (1997), Flor, semilla y fruto (2001), que llegan a ser emblemas de la vulnerabilidad de la carne y recuerdan que estamos sometidos a un proceso ineludible de degeneración; toda la obra de Francés además se mueve en la ambigüedad y la contradicción constantes, así, sus piezas provocan atracción y aversión, rechazo y deseo.
Para descargarlo: http://intervalo.es/rec_es/descargas/Alex%20Frances_Catalogo.pdf
Nueva vida
Fotografía color, 1998.
Esto es lo que yo escuché (de la serie Bosque)
Fotografía color, 20 x 150 cm. 2005.
Hermanos
Fotografía color, 36 x 200 cm. 1996.

In the beginning it was the body; and the body still occupies a privileged spot in his representations. In the work of most artists, particularly in the case of Álex Francés, the body is to photography as mirror is to reality: the necessity of seeing one’s self reflected and recognisable in this image. It is apparent that this not only attests to the classical premises the myth of Narcissus seeing himself for the first time, and therefore, tried to decipher himself using a still precarious admission and however was sublimed. This reflection is the mirror but at the same time is a mimesis of photographic medium; a window towards the exterior, a space that serves as a meeting point of opposing direction in a circular way and its complex intentions. In most cases, and taking into account the artist’s progress from the mid-nineties, the body has been represented bandaged, tied, with the hands tied, twisted in itself, elusive to the view of the spectators, which in some occasions assumes as a recognised prolongation of himself and in other occasions a strange discovery. The hopeless look of the model or models, transmit a sensation of decency without being sure if it unintentional, transports one into the prohibited, the unknown. This known alteration, not in the sense of its inexistence just like the other side of the same coin, once turned exists, but still an outsider. As itself, even though only in appearance, it represents a submissive attitude or to be more certain, passivity, where the most important is the particularity of personal relationships and sexual practices which aimed at questioning official dictates from a heterosexual pattern which frequently tends to be homophobic and at the same time redefines basic concepts like virility in homosexual practices.
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