27 oct 2013

"Tan antiguo como el mundo" de Nayra & Javier Sanz Fuentes, 2012.


Sinopsis: 
La velocidad, el consumo y el exceso tecnológico se han convertido en los parámetros fundamentales del mundo contemporáneo. En un contexto semejante, en el que dichas realidades han quedado supeditadas a la generación de beneficios económicos constantes, se hace urgente plantear una pregunta: ¿Qué lugar les queda a la pintura y a la poesía como vías de aproximación a la existencia en pleno siglo XXI? En un viaje sin destino fijo, el pintor Antón Lamazares se encuentra con distintos amigos y familiares junto a los cuales reflexiona en torno a algunas cuestiones decisivas como la espiritualidad, la infancia, el tiempo, la aldea, la memoria o la muerte. 

Intervienen:
Desde los años ochenta, tanto su pintura como su personalidad han convertido a Antón Lamazares (Lalín, Pontevedra, 1954) en un referente fundamental dentro de los círculos especializados de la cultura española. Si por algo se define este pintor es por no haber hecho, a lo largo de toda su trayectoria, ningún tipo de concesión ni en su trabajo ni en su forma de entender el mundo, ya que para él ambas cosas están extrechamente vinculadas. Lejos de cualquier tendencia o moda que cuestione la muerte de la pintura, Lamazares defiende con fuerza su propia mirada: pintar sin titubeos sobre aquello que le preocupa. Nacido en una pequeña aldea gallega y educado de niño en el convento franciscano de Herbón, quedó marcado por la relación con la naturaleza y por la figura de San Francisco, al que tantas veces recurre y al que incluso ha dedicado la serie Follente Bemil. Cuando terminó su etapa escolar continuó su formación como autodidacta, teniendo como referentes a los pintores Joan Miró, Manuel Millares y Antoni Tàpies, al igual que al poeta Carlos Oroza. Tanto su vida como su pintura son reflejo del respeto que Lamazares profesa al concepto de herencia y de memoria. Así, el tiempo y la experiencia se convierten en una parte crucial de su trabajo; un tiempo contemplativo que consigue desarrollar una experiencia donde las emociones y los sentidos cobran un lugar primordial.  

Carlos Oroza http://carlosoroza.blogspot.com/ Carlos Oroza es uno de los poetas españoles más destacados del siglo XX. En los años sesenta su nombre comenzó a sonar con fuerza en el ambiente literario y poético gracias a la realización de múltiples recitales por toda España que estaban adscritos en su forma y contenido a los de la Generación Beat. En esa misma época se le otorgó en Nueva York el Premio Internacional de Poesía Underground. Francisco Umbral escribió: “Es el poeta maldito del café Gijón, el bohemio de los sesenta”. Oroza se ha caracterizado siempre por tratar la poesía con el respeto y la dedicación de los antiguos. Sus poemas son un reclamo para experimentar con los sentidos y para reavivar los afectos a través de la experiencia. Con su postura ante el mundo defiende la necesidad del sacrificio. Como él mismo afirma, al tomar la decisión de alejarse de la fama y el éxito, “elijo perder para ganar”. Esto es, ganar porque esa decisión le ha permitido concentrarse en la verdadera poesía. Esta postura ante el mundo ha sido un referente fundamental para muchos artistas que le sucedieron, entre los que se encuentra Antón Lamazares. Es por eso por lo que consideramos necesario que el primer encuentro del pintor en Tan Antiguo como el Mundo sea con el que considera uno de sus grandes maestros. Oroza y Lamazares hablan así de la importancia de la poesía como forma de estar en el mundo; pero no una poesía limitada a los versos o a los libros , sino más bien como esa poesía que es la experimentada en el día a día de nuestra existencia. 

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