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Javier Sánchez Medina opositó a bombero y tuvo un gimnasio en su Badajoz natal, pero decidió mudarse a Madrid.
"Necesitaba hacer algo creativo", explica. Siempre vio a su abuelo trenzar persianas de esparto para entretenerse en el patio de su casa y a su padre restaurar muebles, así que en la capital alternó trabajos nutricios con estas dos actividades.
"Empecé a hacer espejos de ratán, médula y caña y a jugar con las fibras. Como se lleva la taxidermia, cosí cabezas de toro. Soy antitaurino pero me parece que tienen un toque simpático". A ellas siguieron búfalos, rinocerontes o burros que ahora vende directamente en su nuevo local de la calle del Escorial.
Tel. 666 009 240
AD España Noviembre 2014
En el número 28 de la calle Escorial en el madrileño barrio de Malasaña, manteniendo el rótulo de “carpintería” de su antecesor, Javier ha abierto recientemente las puertas de su taller. Apenas cinco años después de su llegada a Madrid, sus espejos sol de fibras naturales y sus cabezas de animales llenan huecos en las revistas más prestigiosas de decoración.
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