Alberto Rodríguez (“Grupo 7″) dirige el thriller “La isla mínima”, en la que podremos ver a Antonio de la Torre, Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez y Jesús Carroza.
Sinopsis:
Sevilla, principios de los años 80. Una pareja de policías son enviados desde Madrid a la provincia de Sevilla para investigar la desaparición de dos jóvenes en las marismas del Guadalquivir.
Lo que allí se encuentran es un paraje rural marcado por la presencia de un asesino y habitado por una comunidad cerrada y anclada en el pasado. La última película de Alberto Rodríguez es una historia de personajes atrapados y atmósferas subyugantes que nos traslada a los primeros años de la democracia, marcados por la desigualdad y las diferencias ideológicas, a través de la historia de dos policías diametralmente opuestos interpretados por Rául Arévalo y Javier Gutiérrez. Una suerte de True Detective a la española que también protagonizan Antonio de la Torre, Jesús Castro, Jesús Carroza y Nerea Barros.
Rodríguez repite género, y también ambienta su historia —el guión ha sido escrito por él al lado de Rafael Cobos— en el pasado de nuestro país. Si en 'Grupo 7' era la Sevilla de principios de los noventa, en 'La isla mínima' estamos en el Madrid de 1980, en el que dos policías de caracteres opuestos deben llevar el caso de dos chicas asesinadas en un pueblecito en las orillas del Guadalquivir.
Antonio de la Torre —probablemente el mejor actor de su generación—, Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo encabezan el reparto de la película, que llegará a nuestras pantallas el próximo 26 de septiembre. Ganazas.
Alberto Abuín para la web Blogdecine.
"He disfrutado todos los pormenores del thriller viendo La isla mínima, de Alberto Rodríguez. Quizás llega un momento en que uno prefiere los misterios policiales en el cine o en las series de televisión más que en la literatura. Veía la película en la hermosa amplitud de una pantalla de cine, al mismo tiempo dejándome seducir por la fuerza poética y narrativa de las imágenes y fijándome en el modo en que la historia unas veces se atiene a las normas estrictas del género y otras las tensa para ir algo más allá, para abarcar, en torno al hilo de la indagación, la crónica de unos años precisos y de una cierta situación social, en un paisaje natural tan prodigioso como el delta del Misisipi que lo convierte todo en alucinación visual y mitología. En un relato de género queremos que las convenciones necesarias se cumplan y queremos también que no resulten evidentes. Pero eso es siempre lo que le pedimos al arte: que se parezca a lo imprevisible y a lo vibrante de la vida y a la vez que tenga un orden y una forma de los que la vida carece. Queremos misterios inauditos que desafíen la comprensión y queremos que esos misterios se aclaren, a ser posible de manera súbita y chocante, porque las explicaciones demasiado complejas nos aburren tanto como las previsibles. Queremos que se cumplan nuestras expectativas y al mismo tiempo que se nos desmientan.
En ese margen tan estrecho del thriller se mueve la historia de La isla mínima. El resultado es deslumbrante, a la altura de las reglas tan estrictas y tan prometedoras del juego. Y eso por no hablar de la sensación perturbadora de encontrarse uno sumergido en la atmósfera exacta de 1980, de ver todos los detalles sensoriales del pasado con una fidelidad inaccesible para la memoria…"
Antonio Muñoz Molina
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/10/08/babelia/1412769190_627318.html
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