29 sept 2013

Construye tu propia casa de superadobe


El paisaje de la vega del Tajuña durante el invierno se antoja agreste, solitario, marrón. Los campos de cultivo contrastan suavemente con los olmos, sauces y álamos que pincelan los caminos, creando una panorámica casi manchega. En medio de esta difuminada estampa sorprenden Elena y Carlos, quienes, en un paraje inigualable, se afanan por solar la que será su casa de fin de semana y vacaciones, la cual construyen con sus propias manos. 

De mediana edad y afincados en Madrid, buscaban un lugar cercano a la urbe donde convivir con la naturaleza del modo más sostenible posible y, de paso, plantar un huerto del que abastecerse. Guiados por este deseo, y quizás también por la ilusión de ser los creadores de su propio espacio, el pasado verano decidieron comprar un pequeño terreno y levantar una singular vivienda compuesta en su esencia por materiales alternativos: contenedores de barco y pacas de paja y adobe. 

Un experimento en toda regla que planta cara al clásico edificio de ladrillo y hormigón y que construyen documentándose principalmente en Internet porque, reconocen, "nunca hemos visto una casa como la nuestra". Y no es de extrañar: la apariencia exterior de la misma es, cuanto menos, sorprendente, y la interior, presidida por un mural al estilo Pollock pintado por las hijas de la pareja, descubre una mezcla de materiales tan variopinta como acogedora.
Ninguno de los dos es experto en construcciones, pero ambos saben bien que los recursos de la naturaleza no son en modo alguno ilimitados y que el actual ritmo de explotación está pidiendo a gritos una alternativa que colabore con la preservación del medio ambiente. Si bien es cierto que un contenedor de mercancías no es precisamente un material de bajo impacto ambiental, el mero hecho de reutilizarlo para darle un uso alternativo que evite la generación de nuevos residuos comienza ya a acercarse a las expectativas ecológicas. Este es, entre otros muchos, uno de los principios básicos de la bioconstrucción, que eminentemente se caracteriza por minimizar el impacto ambiental que genera sobre su entorno y por realizarse con procesos de producción y materiales sostenibles, naturales o reutilizados, siempre respetuosos con la biodiversidad y cumpliendo, además, con el principio de responsabilidad ética con las generaciones futuras. 
La bioconstrucción, un término, por cierto, poco aplicado en España y en el que todo el continente americano nos lleva ya cierta ventaja, ha dado a luz arquitecturas ingeniosas que recuperan principios y materiales ya utilizados hace siglos: la paja, la tierra, el bambú o la piedra son algunos ejemplos de materiales presentes en muchas de ellas. 

Actualmente no existen datos oficiales sobre bioconstrucciones en España, pero el colectivo de personas concienciadas de la necesidad de aplicar un sistema constructivo alternativo al actual va ampliándose poco a poco. De esta conciencia creciente han ido surgiendo diferentes organizaciones o pequeñas empresas que tratan de enseñar técnicas bioconstructivas, impartidas, generalmente, en pequeños cursos de una o dos semanas. Esta formación es recibida con agrado por los alumnos, lo que en ocasiones desemboca en que muchos se lancen a crear sus propios proyectos. De hecho, esta es otra característica de la bioconstrucción: quien opta por ella suele autoconstruir con más o menos ayuda su propio espacio. Flora Ritman, alumna de un curso de construcción con superadobe, impartido por la asociación Tienes Tierra Tienes Casa en España, se ha animado a levantar ella misma su propia casa,  a la cual se dedica "por temporadas, cuando viajo desde España a Argentina, donde estoy construyéndola según las técnicas que me enseñaron», cuenta orgullosa a 'el mensual'. La formación impartida por las diferentes organizaciones que promueven la bioconstrucción es muy útil, pero quizás sea insuficiente. 
Pilar Díez Rodríguez, presidenta del Colegio Oficial de Arquitectos de León en la delegación de Palencia y arquitecta especialista en Restauración y Bioconstrucción, señala que "falta formación de técnicos, de especialistas. Faltan profesionales que se dediquen a este tipo de construcciones –que al igual que todas los demás, deben cumplir con el código técnico de la edificación– que sean capaces de hacer muros de adobe, de tapial, de tierra o de paja, en vez de usar el cemento". La profesionalización del sector es necesaria, pero aún casi inexistente. Para Francisco Javier Méndez, director del Gabinete Técnico del Colegio de Aparejadores de Madrid, "la formación de artesanos y constructores locales es una parte fundamental del proceso. Pero además de aprender las técnicas, también hay que practicarlas reiteradamente, y para ello se precisan políticas de actuación que den un primer impulso".

En lo que a la autoconstrucción se refiere, Pilar Díez opina que "no es tan sencilla; antes de levantar un edificio de bioconstrucción es necesario estudiar los materiales, el clima y la orientación, y todo esto no se puede aprender en un curso rápido". Ella misma ha diseñado recientemente el restaurante Las Cúpulas, en San Cebrián de Campos (Palencia), que el pasado mes de diciembre recibió el premio Empresa Innovadora de Reciente Creación que entrega la Diputación palentina por ser el primero de España en fabricarse en superadobe. Precisamente, la técnica del superadobe –que consiste básicamente en llenar sacos continuos de tierra estabilizada con cal– es consecuente con la tradición arquitectónica de la zona, Tierra de Campos. En eso también consiste, en parte, la bioconstrucción: recuperar materiales y técnicas utilizadas antiguamente y que, aunque un poco adulteradas, pueden generar construcciones con todo tipo de comodidades.  

 Las asociaciones Tienes Tierra Tienes Casa, Domoterra o el Instituto Cal Earth imparten en España desde hace apenas unos años cursos sobre edificación con superadobe, técnica ya empleada en cooperación y desarrollo para dar una respuesta rápida a necesidades humanitarias mediante la construcción de pequeños edificios que resistan las peores condiciones climáticas.

Un reportaje de Marta Ortiz Ginestral para 20 Minutos con fotografías de Elena Buenavista.
Reportaje y texto completo en: http://www.20minutos.es/noticia/1715324/0/construccion/casa/bioconstruccion/#xtor=AD-15&xts=467263 
Enlaces interesantes:
http://www.calearth.es/
http://www.domoterra.es/
http://www.tienestierratienescasa.com/
Ninguno de los dos es experto en construcciones, pero ambos saben bien que los recursos de la naturaleza no son en modo alguno ilimitados y que el actual ritmo de explotación está pidiendo a gritos una alternativa que colabore con la preservación del medio ambiente. Si bien es cierto que un contenedor de mercancías no es precisamente un material de bajo impacto ambiental, el mero hecho de reutilizarlo para darle un uso alternativo que evite la generación de nuevos residuos comienza ya a acercarse a las expectativas ecológicas. Este es, entre otros muchos, uno de los principios básicos de la bioconstrucción, que eminentemente se caracteriza por minimizar el impacto ambiental que genera sobre su entorno y por realizarse con procesos de producción y materiales sostenibles, naturales o reutilizados, siempre respetuosos con la biodiversidad y cumpliendo, además, con el principio de responsabilidad ética con las generaciones futuras.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1715324/0/construccion/casa/bioconstruccion/#xtor=AD-15&xts=467263
El paisaje de la vega del Tajuña durante el invierno se antoja agreste, solitario, marrón. Los campos de cultivo contrastan suavemente con los olmos, sauces y álamos que pincelan los caminos, creando una panorámica casi manchega. En medio de esta difuminada estampa sorprenden Elena y Carlos, quienes, en un paraje inigualable, se afanan por solar la que será su casa de fin de semana y vacaciones, la cual construyen con sus propias manos.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1715324/0/construccion/casa/bioconstruccion/#xtor=AD-15&xts=467263
El paisaje de la vega del Tajuña durante el invierno se antoja agreste, solitario, marrón. Los campos de cultivo contrastan suavemente con los olmos, sauces y álamos que pincelan los caminos, creando una panorámica casi manchega. En medio de esta difuminada estampa sorprenden Elena y Carlos, quienes, en un paraje inigualable, se afanan por solar la que será su casa de fin de semana y vacaciones, la cual construyen con sus propias manos.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1715324/0/construccion/casa/bioconstruccion/#xtor=AD-15&xts=467263

4 comentarios:

  1. Buenas

    Creo que conviene tener en cuenta:
    http://www.ecotumismo.org/ecologia-de-vida/mitos-y-leyendas-sobre-los-ecodomos/
    http://www.redpermacultura.org/articulos/25-bioconstruccion/1623-superadobe-mito-y-realidad.html

    En una casa bien especial de San Javier, Murcia, se dan cursos breves a la vez que prácticos y completos sobre:
    * Construcción con superadobe: http://biocasasostenibles.wordpress.com/talleres-en-sede-fija-san-javier-murcia/
    * Generadores eléctricos: http://biocasasostenibles.wordpress.com/para-que-sirve-un-generador-electrico-por-que-realizamos-cursos/

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Otra opción más:
    http://ekian.es/es/ (Gipuzkoa)
    Hasta luego

    ResponderEliminar
  3. Otra posibilidad:
    http://moradasdetierra.wordpress.com/ (Cáceres)

    ResponderEliminar
  4. En Tarragona está http://arquitecturadelatierra.com/

    ResponderEliminar