21 oct 2012

'Caracremada' de Lluís Galter (2010)


Cuando en el año 1951 la CNT decidió que sus hombres abandonaran la lucha contra el régimen de Franco, Ramon Vila Capdevila, apodado Caracremada, no acató la orden y siguió luchando en solitario en los bosques del interior de Cataluña. 
Caracremada”, apodo utilizado por la guardia civil para referirse a Ramon Vila Capdevila, pretende reflexionar sobre la resistencia libertaria al régimen de Franco a través del que fue su último guerrillero en activo. Cuando la CNT decretó la retirada de sus hombres el año 1951, Ramon Vila permaneció en los bosques del interior de Cataluña para reemprender en solitario su lucha. 
Un hombre sólo serrando torres de alta tensión en un bosque. Esa es la imagen sobre la que gira la ópera prima del cineasta Lluís Galter (Figueres, 1983), Caracremada, que se presentó ayer en la sección Horizontes de la Mostra de Venecia. Se llamaba Ramón Vila Capdevila, aunque la Guardia Civil conocía a este guerrillero antifranquista como Caracremada. Pero Vila minero cenetista que participó en insurrecciones previas al 36, pasó por la columna de Hierro durante la Guerra Civil y luchó contra los nazis en el exilio francés no era un maquis cualquiera.
En 1951, la CNT decidió retirar a sus activistas de las montañas catalanas. La idea de poder derrocar al franquismo por las armas había perdido fuelle, aunque no para Caracremada, que decidió seguir haciendo la guerra por su cuenta.
"Quizás fuera una cuestión de voluntad pura y dura, pero también de inercias, el hecho de no poder hace otra cosa. Era un luchador profesional, no había hecho otra cosa toda su vida, tiene lógica que siguiera su lucha cuando los otros la abandonaron. O puede que se trate del hecho de estar más tranquilo luchando que sin luchar", razona el cineasta.
Caracremada es un filme sin concesiones: seco, sin apenas diálogos y sin contexto histórico.


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