“(…) pinto en un sitio (escribe en una carta a Rusiñol) por el que sólo paso yo y alguna bestia inconsciente. El paso, en el que sólo caben, justo, los pies, es un terraplén de rocas resbaladizas que van a parar directamente al mar. Si me fallasen los pies y resbalara no creo que volviera a hablarse de mí en el mundo de los vivos. Pero cuando se está allí, Santiago, ¡Qué espectáculo! A la derecha, la cala de san Vicente, a la puesta de sol roja, del color del fuego. El mar, azul cobalto, refleja aquellas rocas encendidas y queda también rojo como la sangre. A la izquierda los contrafuertes del Castillo del Rey, a contraluz, grises a la sombra. En aquel lado, el agua toma tonos de plata. Añade los morados de las algas del fondo y el de las higueras silvestres que penden hasta tocar el agua y ¡Qué cosa, Santiago! ¡Qué locura de colores!¡Están todos! Todos los de la paleta…”
“La joya de Aleixar”. Joaquim Mir.
Joaquín Mir, Santa María, Maspujols (O/L, 91 x 100,5 cm), de Tarragona, donde estuvo viviendo de 1905 a 1914.
Más fotos y detalles de su vida en: http://eldibujante.com/?p=9493
These paintings can not convey the beauty of the landscapes because they are not drawn in the most ordinary style that is clear to everyone.
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