24 jul 2011

Alejandro Bombín / Diego Vallejo

Homenaje pictórico de A. Bombín a las Misiones Pedagógicas.
La escuela y las enseñanzas un tema recurrente en la obra de Alejandro Bombín.
Pinturas de Diego Vallejo
Alejandro Bombín / Diego Vallejo    -     “Reprotipográfica” / “From a tree-house”
La Galería Fernando Pradilla presenta por primera vez y de manera individual la obra de dos jóvenes artistas españoles: Alejandro Bombín (Madrid, 1985) y Diego Vallejo (Salamanca, 1986). Las dos muestras han contado con la colaboración de Víctor Zarza, comisario y crítico del ABC Cultural y Director del Departamento de Pintura (Pintura y Restauración) de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Para Zarza “hay dos circunstancias comunes a ambos artistas: en cuanto a su formación, tanto Alejandro Bombín como Diego Vallejo han pasado por las aulas de pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y, en lo referente a sus respectivos estilos, los dos participan de la sensibilidad pictórica surgida a partir del modelo –icónico y, asimismo, en términos lingüísticos- que ofrecen los medios audiovisuales de hoy día, en la línea de pintores como Gerhard Richter, Luc Tuymans o Chuck Close, dicho sea por citar algunos nombres de sobra reconocibles dentro de esta modalidad”.
Para Alejandro Bombín es su segunda exposición individual, y la primera en Madrid. Este artista centra su trabajo en lo que él ha dado en denominar “la pintura pantalla”. En ella reflexiona sobre las infinitas posibilidades de la percepción de la imagen, su manipulación, su reagrupación y recomposición. Bombín afirma que “nuestra realidad privada se conforma a partir de todas aquellas pequeñas interpretaciones personales de lo aprehendido por nuestros sentidos en nuestras vivencias, que provienen de la realidad pública que todos compartimos, y que tomamos como nuestra propia verdad compleja, siempre subjetiva. Mi proceso pictórico transcribe este entendimiento de nuestro escenario. Como podemos observar en las imágenes, cada sección responde a una interpretación pictórica momentánea y descontextualizada de una parte de una imagen, en la que influyen el contexto y el momento en el que se realizó. Consiste en dividir la imagen fotográfica elegida, en tiras horizontales, y pintar en un lienzo proporcional cada una de esas partes sin ver el resto de la obra. De este modo, pintas colores y figuras cuyo significado desconoces, como formas abstractas que interpretas de una manera intuitiva, creando códigos que funcionarán como una imagen identificable sólo dentro del conjunto una vez completado. Cuando se finaliza la obra observamos una trama de interpretaciones que define una realidad privada subjetiva, la del autor y su labor pictórica. Al mismo tiempo contemplamos como espectador una imagen global que nos transmite una realidad “objetiva” y coherentemente pública. En definitiva vemos una imagen reconocible construida por muchas que no lo son”.

En el caso de Diego Vallejo se trata de su primera exposición individual, aunque viene precedida por una serie de participaciones en muestras colectivas realizadas en diferentes espacios expositivos. Sobre su proyecto “From a tree-house”, Ana Pol Colmenares afirma que “en él aparece de nuevo el paisaje como protagonista frente a un ser humano desplazado de la imagen, al que sólo se le intuye a través de ciertos rastros de luz. A partir de la idea de esa casa encaramada en el árbol, constitutiva de toda ensoñación infantil y que resulta a su vez ese espacio tan idóneo para la fabulación como para la vigilancia, Diego plantea una serie de pinturas que justamente participan de esta doble mirada inocente e inquisidora. En ellas se nos muestran casas, refugios, fragmentos de naturaleza, en los que siempre parece que “algo” está por pasar. Estos lugares donde lo humano ha sido borrado […], provienen aquí de pantallazos robados de escenas de películas y series de ciencia ficción. En este sentido, la exploración de “otros” lugares, que es una constante en la obra de Diego, recae sobre una ciencia ficción concreta: la que arrastra lo paranormal de lo extraño a lo cotidiano. No son los topos deslocalizados y ahistóricos presentes en otras películas del género; el germen de esta topografía arranca de una mirada que justamente la operación que articula es la de siniestralizar lo cotidiano, partiendo precisamente del concepto mismo de unheimlich. De tal manera que ese lugar “otro”, al igual que ese “otro”, el alien, parten de lo mismo: de lo ya conocido, de lo que nos es familiar.”

Ambas exposiciones estarán abiertas al público hasta el 9 de septiembre de 2011.

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